En
un mundo donde la economía se está derrumbando, donde el consumismo
exprime los bolsillos de la gente, en donde pareciera ser que el que
tiene mas vale más, existe la economía de Dios que va en contra de
todas estas cosas que dominan en el mundo actual.
Dios
nunca cambia, así que podemos estar tranquilos que en medio de la
crisis que el mundo está pasando El nunca nos dejará de suplir
nuestras necesidades.